Argentina es hogar de una rica diversidad de
pueblos originarios, cuyas raíces se remontan a miles de años antes de la colonización europea. A pesar de los desafíos históricos y contemporáneos, estas comunidades mantienen vivas sus lenguas, costumbres y cosmovisiones, siendo actores clave en la lucha por el reconocimiento de sus derechos territoriales y culturales.
Entre los pueblos más representativos se encuentran:
- Mapuches: Presentes en las provincias de Neuquén, Río Negro, Chubut y parte de Buenos Aires, poseen una fuerte identidad cultural basada en su lengua (mapudungun) y su organización comunitaria.
- Qom (Tobas): Mayormente ubicados en Chaco, Formosa y Santa Fe, los qom han sido protagonistas de reivindicaciones por el acceso a la tierra y la preservación de su cultura.
- Wichí: Habitantes del Chaco Salteño, Formosa y el Chaco, mantienen un estrecho vínculo con el monte y un conocimiento ancestral de su biodiversidad.
- Guaraníes: Presentes en Misiones, Jujuy y Salta, han preservado su idioma (guaraní) y su cosmovisión, que gira en torno a la naturaleza y la espiritualidad.
- Diaguitas-Calchaquíes: Pobladores históricos de los Valles Calchaquíes en Salta, Tucumán y Catamarca, su cultura se refleja en la cerámica, la arquitectura y las tradiciones agrícolas.
- Comechingones: Originarios de Córdoba y San Luis, se destacaban por sus viviendas semisubterráneas y su organización social.
- Mocovíes: Integrantes de la familia guaycurú, residen en Santa Fe, Chaco y Formosa, manteniendo vivas sus tradiciones orales y artesanales.
- Huarpe: Pobladores ancestrales de San Juan, Mendoza y San Luis, se caracterizan por su conocimiento del agua y su manejo de la agricultura en zonas áridas.
Además de estos grupos, existen otros como los Pilagá, Chané, Charrúa y Tehuelche, entre muchos más, que siguen reivindicando su identidad y derechos. En la actualidad, el reconocimiento constitucional de la preexistencia de los pueblos originarios (Artículo 75, inciso 17 de la Constitución Nacional) ha sido un avance importante, aunque la lucha por la tierra, el acceso a servicios básicos y el respeto a sus modos de vida sigue siendo una deuda pendiente del Estado argentino.
Los pueblos indígenas no solo resguardan el pasado, sino que son actores fundamentales en la construcción de un futuro más inclusivo, donde el respeto por la diversidad cultural y el reconocimiento de sus derechos sean una realidad.